La compañía británica Rare revolucionó el mundo de los videojuegos en la época de los 16 bits, especialmente gracias a los sorprendentes gráficos de sus juegos, que alcanzaron niveles que hasta ese momento parecían impensables. En 1994 aparecía Donkey Kong Country, un plataformas que visualmente dejó en pañales a todos los demás; ese mismo año saldría la recreativa de Killer Instinct, que haría lo propio en el género de la lucha, y que sería conversionada un año después para Super Nintendo con bastante fidelidad.
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